Hannibal Lecter: la saga
Publicado el 26 julio, 2009 por Antonio Tausiet
El caníbal más famoso del cine es Hannibal Lecter, un atractivo asesino que se dio a conocer en El silencio de los corderos (1991). La interpretación de Anthony Hopkins y la dirección de Jonathan Demme consiguieron que Hannibal el caníbal se añadiera por derecho propio a la galería de monstruos del séptimo arte. La continuación de la historia fue puesta en manos de Ridley Scott (Hannibal, 2001), y la saga siguió estirándose con El dragón rojo (2002, precuela de la de 1991) y Hannibal: el origen del mal (2007).
Hannibal Lecter es un refinado y culto psiquiatra, cuya propia psicopatía le lleva a cometer asesinatos para comerse a sus víctimas. Posee inteligencia, reflejos y fuerza física superiores a la media. Su atractivo reside en la clásica identificación de los héroes del terror con el lado oscuro de cada uno, y en la fascinación erótica por el poder, encarnado en este caso por alguien capaz de adentrarse en las supuestas causas de los complejos adquiridos. El precedente más cercano entre la panoplia de personajes monstruosos podría ser el Conde Drácula, con quien comparte varias características.
El veterano productor de Hollywood Dino de Laurentiis es el propietario de los derechos del personaje creado por Thomas Harris. Ha ido explotándolo a través de los años, hasta el punto de que la novela en la que se basa Hannibal: el origen del mal -última película realizada-, fue escrita por encargo directo de este productor. La nota curiosa la pone el hecho de que la única entrega no promovida por De Laurentiis fue El silencio de los corderos, a cuyos promotores cedió la explotación gratuitamente.
Estas son las cuatro películas de la serie, en orden cronológico respecto a la trama que relatan. Para completar la presencia de este peculiar gourmet en la historia del cine, es preciso añadir que en 1986 el efectista Michael Mann ya había dirigido Hunter, la primera película basada en una novela de la saga, El dragón rojo (que tuvo su versión “oficial” en 2002). El monstruo fue interpretado por Brian Cox y la producción ya corrió a cargo de Dino de Laurentiis.
1. Hannibal: el origen del mal (Peter Webber, 2007) **
El responsable de La joven de la perla cambia de registro y asume la dirección de esta película, en la que se nos cuenta la infancia y adolescencia de Lecter. Entretenida aunque algo plana. Por supuesto, no aparece Anthony Hopkins; la única presencia conocida es la de Gong Li, bastante avejentada. El joven Hannibal es interpretado por el francés Gaspard Ulliel, que busca vengarse de los asesinos de su hermana pequeña.
2. El dragón rojo (Brett Ratner, 2002) ***
Lujosa producción donde lo más importante es el elenco: amén de Anthony Hopkins como secundario, encarnando a un Lecter encarcelado, aparecen los magníficos actores Edward Norton, Ralph Fiennes, Harvey Keitel, Emily Watson, Philip Seymour Hoffman y Mary-Louise Parker. La adaptación de la historia original -precedente claro de la famosa El silencio de los corderos– no pasa de un aprobado, pero se deja ver y mantiene el suspense. Hannibal ayuda a un agente del FBI a capturar a un asesino en serie.
El dragón Rojo en la Wikipedia (y la entrada sobre el libro, más completa)
3. El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) ****
Con un director de calidad, un guión inteligente y una actriz correcta, Jodie Foster, se construye la primera película realizada de la saga (si no contamos la de 1986). Meticulosa adaptación y magnífica interpretación de Anthony Hopkins, que pese a no aparecer demasiado se erige en protagonista absoluto. La novela original es la segunda escrita, repitiendo el esquema de la anterior, El dragón rojo, aunque cambiando el sexo del agente del FBI.
4. Hannibal (Ridley Scott, 2001) **
Secuela de El silencio de los corderos, aburrida e impropia de su director. Los famosos actores que intervienen -además de Hopkins, Julianne Moore sustituyendo a Jodie Foster, Gary Oldman y Ray Liotta- no levantan una trama plagada de memeces. Tras su huida en la entrega anterior, Lecter vive en Florencia como un respetado profesor de Arte.
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