Carta a los amigos de Joaquín Carbonell


Carta a los amigos de Joaquín Carbonell
Antonio Tausiet

Cuando yo me muera no quiero homenajes, ni celebraciones ni congresos. Que nadie escriba una línea, tampoco Antón Castro. Pero que la Bodega de Carbo se reúna al menos una vez al año.
Joaquín Carbonell

Siempre me ha indignado esa fábula de claudicaciones inventadas en el lecho de muerte de los hombres ilustres. 
Miguel de Unamuno


Queridos amigos -lo sois, de verdad- de la Bodega de Carbo:

Necesito escribir esto, sin llegar a los extremos de mi admirado Juan Leyva. Hace unos años, nuestro Joaquín decidió conformar una nueva familia; llámese grupo de conocidos. Me da igual. Desde entonces, organizó reuniones frecuentes con nosotros, en la bodega de su casa y otros lugares.

En la primera, él me presentó a una de mis mejores amigas, Ana Asión: me he hecho miembro de tu círculo cercano, incluyendo a tu novio, Julio, tus padres y tu hermana. Insuperable Gran Bob e increíble Nines: he sido feliz sabiendo que me tenéis en consideración. Poder charlar contigo, Álvaro, y saber que eres tan valiosa, Judith, me ha aportado mucho. David, me abriste tu corazón y tu local para lo que quisiera. Y no hablemos de ti, Kaku; te amé sin límite, luego fuiste compañera de Joaquín, y sigues siendo una gran amiga y cómplice, mía y de mi hija, como lo fue él. Gema: tu adorable hija y tu simpático Raúl seguro que creéis, como yo, que somos buena gente, igual que, sin duda, Philippe y Mariana. Charlie, me sorprendiste y emocionaste. Fernando, me ganaste con tu visión humanista excepcional. Me costó encontrarte el punto, Mariano, pero llegué a valorarte de verdad. Lourdes: me conquistaste, y Julián, dejaste huella en mí para siempre. Juan, traías a Mar, muy adecuada...

Penélope vino y se fue, aunque ahora soy su amigo y de su Emilio, y los adoro. Marcos se esfumó, pero me dio una clave primordial. Arantxa, Sergio, su esposa y su hijo nunca fueron cercanos a mí, pero sí a Kaku: los estimo.

Todas estas personas sois los verdaderos protagonistas de los últimos años de Joaquín. Salvo honrosas excepciones -sólo se me ocurre una, Eloy-, quienes han escrito estos días en la prensa sobre él han hecho un vergonzoso ejercicio de papanatismo. Un abrazo a todos.

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