Haber votao a IU
El movimiento 15-M no tenía una posición oficial al respecto del voto en las elecciones municipales y autonómicas que han supuesto la debacle del PSOE en 2011. Pero las personas que lo conformaban y otras muchas que lo veían con simpatía sí tenían una serie de intenciones comunes.
En un principio, se pedía no votar a los partidos mayoritarios, mensaje que después se diluyó. Si bien el voto al PP no se ha dado proviniendo de este movimiento, sí ha habido algún voto para el PSOE. Para IU, alguno también, y para algún otro partido regional de izquierdas. Ha habido gente incluso ¡que ha votado a UPyD! Pero la repercusión de las movilizaciones en las elecciones ha sido ínfima, por carecer de unidad de acción. El grueso de manifestantes y adláteres optó por el voto inútil. Una buena parte depositó un voto nulo; algunos despistados votaron en blanco, y muchos se abstuvieron. La abstención fue similar a anteriores comicios, y los votos nulos y en blanco subieron un 37%.
Si las personas que conforman el movimiento (excepción hecha de los anarquistas, que con toda consecuencia han vuelto a abstenerse) hubiesen votado en masa a Izquierda Unida, en vez de hacer chorradas, habrían logrado dotar de fuerza a ese partido para poder avanzar en sus aspiraciones de mayor democracia. Porque cuando se deja solo al PSOE ya sabemos con qué facilidad cojean, pero si se les ata los machos desde la izquierda resultan mejores que el PP. Y tal y como están las cosas, las gentes votan mayoritariamente a una de esas dos empresas mercantiles.
La cruda realidad nos aplasta con su inexorabilidad. Sabemos que si IU alcanzara el poder en España, se arrodillaría ante las transnacionales, porque no es un partido revolucionario sino socialdemócrata. Pero ese papel, que hoy recae en el PSOE, no es el suyo. Sino el de mosca cojonera, el de Pepito Grillo, el de correctores, el de conciencia crítica, el de denunciantes, el de defensores del ser humano ético, igualitario, justo, bueno.
Lo que pide el movimiento 15-M es lo que defiende Izquierda Unida. Lo que representa Izquierda Unida (mejorar la democracia desde las instituciones) no es lo que defiende el movimiento 15-M. Pero esa convergencia habría significado progreso. Y la atomización de la respuesta ha significado triunfo del PP (no por su exiguo avance, sino por el retroceso del PSOE). Y ahora estamos todos los izquierdistas con cara de haba mirando como vuelve el espíritu nacional-católico, habiendo tenido la llave de los avances sociales.
En un principio, se pedía no votar a los partidos mayoritarios, mensaje que después se diluyó. Si bien el voto al PP no se ha dado proviniendo de este movimiento, sí ha habido algún voto para el PSOE. Para IU, alguno también, y para algún otro partido regional de izquierdas. Ha habido gente incluso ¡que ha votado a UPyD! Pero la repercusión de las movilizaciones en las elecciones ha sido ínfima, por carecer de unidad de acción. El grueso de manifestantes y adláteres optó por el voto inútil. Una buena parte depositó un voto nulo; algunos despistados votaron en blanco, y muchos se abstuvieron. La abstención fue similar a anteriores comicios, y los votos nulos y en blanco subieron un 37%.
Si las personas que conforman el movimiento (excepción hecha de los anarquistas, que con toda consecuencia han vuelto a abstenerse) hubiesen votado en masa a Izquierda Unida, en vez de hacer chorradas, habrían logrado dotar de fuerza a ese partido para poder avanzar en sus aspiraciones de mayor democracia. Porque cuando se deja solo al PSOE ya sabemos con qué facilidad cojean, pero si se les ata los machos desde la izquierda resultan mejores que el PP. Y tal y como están las cosas, las gentes votan mayoritariamente a una de esas dos empresas mercantiles.
La cruda realidad nos aplasta con su inexorabilidad. Sabemos que si IU alcanzara el poder en España, se arrodillaría ante las transnacionales, porque no es un partido revolucionario sino socialdemócrata. Pero ese papel, que hoy recae en el PSOE, no es el suyo. Sino el de mosca cojonera, el de Pepito Grillo, el de correctores, el de conciencia crítica, el de denunciantes, el de defensores del ser humano ético, igualitario, justo, bueno.
Lo que pide el movimiento 15-M es lo que defiende Izquierda Unida. Lo que representa Izquierda Unida (mejorar la democracia desde las instituciones) no es lo que defiende el movimiento 15-M. Pero esa convergencia habría significado progreso. Y la atomización de la respuesta ha significado triunfo del PP (no por su exiguo avance, sino por el retroceso del PSOE). Y ahora estamos todos los izquierdistas con cara de haba mirando como vuelve el espíritu nacional-católico, habiendo tenido la llave de los avances sociales.
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