"Los que tienen capacidad para decidir que la tormenta laboral amaine o arrecie no están ni en el Gobierno ni en la oposición. Están en las Bolsas, en los bancos, en las instituciones financieras. Y esos señores han decidido que hay que apretar un poco más la cuerda que tenemos alrededor del cuello. El paro debe, pues, aumentar un poco (o un mucho, no sabemos), de modo que se agoten no ya los recursos de los parados, sino los de las redes familiares que los sostienen. Se trata de empobrecer a la población hasta el punto de que aceptemos trabajar por la comida y la cama. Los gobiernos llamados democráticos nos harían un gran favor si dejaran de actuar como títeres de los poderes fácticos escondidos tras de ellos. El primer gobernante democrático que confesara que él no manda y que por eso mismo se va, pasaría a la historia. Pero eso no sucederá porque si de algo saben los poderes fácticos es de selección de personal y recursos humanos".
Juan José Millás (
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