Napoleones

La Revolución francesa inauguró la edad contemporánea y tuvo su cierre, tras diez años, el 18 de brumario (9 de noviembre) de 1799, cuando Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado y asumió el poder. El sobrino de Napoleón, Luis Bonaparte, encabezó en 1851 un autogolpe para perpetuarse, emulando a su tío. Carlos Marx escribió El 18 de brumario de Luis Bonaparte en 1852, que comienza con la famosa frase: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”.

El golpe de 1799 dio el pistoletazo de inicio al imperialismo expansionista francés en Europa impulsado por Napoleón, y fue el primer evento trascendente de la biografía de este personaje histórico, trufada de aspectos positivos y negativos. Para unos, Bonaparte fue un gran estratega innovador, comparable a Alejandro Magno; para otros, el gran dictador del siglo XIX.

En los primeros años de su mandato, Napoleón impulsó la modernización de su país, creando el Banco de Francia (1800), que estabilizó la economía; el Cuerpo de Prefectos (1800), que hizo más eficaz la Administración; los Liceos (1802), que sentaron las bases de la educación pública; y el Código Napoleónico (1804), base de nuestros códigos civiles igualitarios.

Claro que en esa etapa también restableció la esclavitud en las colonias (1802), y acabó por proclamarse emperador (1804), convirtiendo a Francia en un imperio, consolidando su poder absoluto y poniendo fin formal a la Primera República.

Es la época de las guerras napoleónicas de conquista (1805-1815), donde murieron millones de personas, que afectaron a Austria, Rusia, Prusia, Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Noruega, y supusieron la invasión de España, Portugal, Italia, Alemania, Polonia y Holanda. Todo este terremoto imperialista estaba basado ideológicamente, sin embargo, en la idea de Napoleón de una república universal, inspirada en la Ilustración, que buscaba eliminar las monarquías absolutistas y el feudalismo.

Así, en los territorios conquistados se aplicó el nuevo código civil, suponiendo un avance en sus legislaciones, que afectó positivamente en esas sociedades. El declive de ese imperio comenzó con la invasión de Rusia (1812), que acabó en retirada, y animó a las potencias europeas a levantarse contra Francia: Prusia y Austria se unieron a Rusia y Gran Bretaña. En 1813, Napoleón fue derrotado en Alemania, y en 1814 la coalición invadió París, restaurando la monarquía.

Aunque en 1815 Napoleón recuperó el poder, fue de nuevo derrotado en Waterloo. Tras seis años exiliado, cuando escribió sus memorias como defensor de la libertad, murió a los 51 años en 1821. En 1840, el rey de turno trasladó sus cenizas a París, lo que alentó la llegada de la Segunda República (1848), con Luis Bonaparte como presidente. Como queda dicho arriba, siguió la estela de su tío y se proclamó emperador (Napoleón III) en 1852, hasta 1870.

Así que ya tenemos el resumen/repaso por las luces y sombras de Napoleón. ¿Qué pesa más, su legado legislativo y de reformas sociales, y sus ideas avanzadas e internacionalistas, o su megalomanía, que sembró de cadáveres Europa? Aunque dos siglos después se sigue discutiendo al respecto, podemos fijarnos en las posiciones de los partidos políticos franceses actuales para hacernos una idea de con cuál de los napoleones nos quedamos.

La derecha francesa apoya a Napoleón: se centran en la grandeza, la autoridad, el orden, el poder, el prestigio, la gloria y la propiedad privada que consolidó en sus leyes. Mientras tanto, la izquierda lo critica como tirano, traidor de la Revolución, esclavista y militarista, aunque reconoce su papel aboliendo los privilegios feudales.

Hammurabi, el citado Alejandro Magno, Julio César y César Augusto, Gengis Kan y Tamerlán, Mahoma, George Washington y Abraham Lincoln, Simón Bolívar, Vladimir Lenin y Iósif Stalin, Mao Zedong o Nelson Mandela son otros casos de personajes que hicieron de las suyas, propiciando importantes transformaciones. Todos ellos también podrían ser citados en plural, porque nadie es perfecto, y menos los napoleones.