Freud, Jung y Lacan

Un neurólogo es un médico especializado en el sistema nervioso, tanto del cerebro como de la médula espinal y el resto de los nervios. Un psiquiatra es el que trata los trastornos mentales mediante terapias y medicamentos. Un psicólogo es quien se ocupa del comportamiento humano y de las emociones que lo gobiernan, conversando con sus pacientes para mejorar su estado anímico. Un psicoanalista es un psicólogo especializado en psicoanálisis, un tipo de terapia inventada por Sigmund Freud, que tiene sus escisiones, como la de Jung, y sus variaciones, como la de Lacan.

Sigmund Freud (1856-1939) fue un neurólogo austríaco, padre del psicoanálisis. Este se basa en la asociación libre y en la interpretación de los sueños. Sus aportaciones teóricas acerca del inconsciente y lo reprimido tuvieron una gran importancia en el siglo XX, tanto por derribar tabúes haciendo avanzar la filosofía social, como por aportar un nuevo imaginario a las artes, influyendo directamente en las vanguardias. Aunque sus postulados no resisten el método experimental, sigue siendo interesante por innovador, pudiendo considerársele uno de los más relevantes literatos de ciencia ficción.

Carl Gustav Jung (1875-1961) fue un psiquiatra suizo, fundador de la psicología analítica, a la que dio nombre tras romper su relación con Freud, que duró entre 1907 y 1913. Incorporó conceptos religiosos a sus teorías, como el inconsciente colectivo. Así, los sueños ya no serían síntomas de trastornos mentales, sino enlaces mágicos a arquetipos comunes. Su defensa del espiritualismo le convierte en un escritor místico, introductor de la poesía en el campo del estudio de la mente humana. Muchos grandes artistas del siglo XX le admiraban por ello, como Borges, Bowie o Fellini. Aún hoy sigue habiendo seguidores de sus delirios mitológicos.

Jacques Lacan (1901-1981) fue un psiquiatra francés, que aportó más corpus literario y filosófico al psicoanálisis, constituyendo una nueva rama de esa creencia: el lacanismo, en boga en los años setenta del siglo XX. Estructura sus tesis sobre la base de que existen tres dimensiones psíquicas: lo real, lo imaginario y lo simbólico, enfatizando el papel del lenguaje y la cultura. Incide sobre el concepto de deseo y resalta la creación artística fruto de la locura. La minuciosa elaboración de su filosofía puede llevar a pensar que depura el psicoanálisis para convertirlo en una práctica médica válida, pero es tan imaginaria como las de Freud y Jung.

Las propuestas de estos tres pensadores han entretenido a mucha gente, han favorecido la implantación de la psicología y han influido en la psiquiatría. Pero no son científicas, es decir, no forman parte del conjunto de conocimientos sistemáticos comprobables. Se integran en el amplio grupo de la creación humana, que incluye las creencias y las artes.

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