El examen de Buñuel
El niño Luis Buñuel, nacido en 1900, ingresó
en 1906 en el colegio del Sagrado Corazón, de los hermanos corazonistas, en el
mismo edificio que habitaba, en el paseo de la Independencia 29 de Zaragoza. En 1908 pasó al colegio del
Salvador, de los padres jesuitas, en el paseo de Sagasta 1, donde permaneció
siete años. Luego cursó dos años en el Instituto General, antes de irse a
estudiar a Madrid en 1917, alojándose en la Residencia de Estudiantes hasta
1925, año de su marcha a París.
Para comenzar las clases de bachillerato, a
los 10 años, ya había tenido que efectuar un examen en el citado Instituto
General y Técnico de Zaragoza, antes Instituto Universitario Provincial. El
plan de estudios de 1845 decretaba que en cada provincia debía haber un
Instituto de Segunda Enseñanza. En Zaragoza se habilitó en el edificio de la
Universidad Literaria de la plaza de la Magdalena. Allí se realizaban los
controles oficiales para comenzar la Segunda Enseñanza en todos los colegios de
la ciudad.
La prueba incluyó un pequeño dictado,
transcrito impecablemente por Luisito. Su contenido fue el siguiente:
La justicia se
estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del
favor y los del interés, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.
El párrafo corresponde al capítulo undécimo
de la primera parte del Quijote, “De
lo que sucedió a Don Quijote con unos cabreros”. En él, el caballero lanza un
discurso mientras mira unas bellotas que sostiene en su mano. Este discurso no
es otro sino el de La edad de oro, la época arcaica legendaria donde todos eran
virtuosos.
Veinte años después, en París, un Buñuel
convertido en cineasta surrealista estrenaría su filme La edad de oro, escrito con la colaboración de Salvador Dalí.
Pero centrémonos en el párrafo cervantino: se
trata de una defensa de la justicia natural, criticando a quienes la
prostituyen con acciones inmorales. Según esto, en un Estado perfecto, las
leyes emanan de la conciencia humana, y los que las utilizan para su propio
beneficio no son más que personas que atentan contra el bien común.
En el Manifiesto
comunista de 1848, se hace referencia al cambio de paradigma producido por
las revoluciones burguesas, sustituyendo las relaciones feudales por el interés
económico:
Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las
relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales
que ataban al hombre a sus «superiores naturales» las ha desgarrado sin piedad
para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el
cruel «pago al contado». Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el
entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las heladas aguas del cálculo egoísta.
Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las
numerosas libertades escrituradas y adquiridas por la única y
desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación
velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación
abierta, descarada, directa y brutal.
De 1930 a 1932, Buñuel
experimenta una variación en sus postulados ideológicos. De la tesis poética
extrema de su película, de un surrealismo integral, pasa a un marxismo social
que le lleva a acercarse al Partido Comunista. Entonces, pretende comercializar
La edad de oro con algunas
variaciones y el nuevo título En las
heladas aguas del cálculo egoísta, espléndida frase del Manifiesto comunista que además, como
bien apunta Octavio Paz, es un verso alejandrino en su traducción española.
En el filme La edad de oro se pueden encontrar elementos que perduran en toda la
obra posterior del calandino. Pero además, Don
Quijote también atraviesa su creación artística: en 1926 fue el director de
escena de El retablo de Maese Pedro,
adaptación operística de Manuel de Falla de este episodio de la segunda parte
del Quijote. En Susana (1950), la protagonista seduce al hijo del potentado en el
interior de un pozo, inspirándose en el episodio de la Cueva de Montesinos. Y
en 1959 realiza Nazarín, otro modelo
quijotesco. Y no menos reseñable: en 1966 prepara su propia versión de la
novela de Cervantes, con Paco Rabal en el papel de Sancho Panza y Fernando Rey
encarnando al caballero.
El marxismo es un modelo teórico
que incluye su propia edad de oro, la sociedad comunista, en la que se
eliminarían las clases sociales y la explotación del hombre por el hombre. El
niño Buñuel logró comenzar su bachillerato transcribiendo una frase que,
casualmente, contendría la esencia de la corriente ideológica subterránea que
le arrastraría hasta el fin de sus días, que va desde el idealismo del Quijote
hasta el comunismo, pasando por el surrealismo y el enfrentamiento con la
realidad a través de la poesía.
Imagen: "La edad del oro", Juan de Dios Francés y Mexía, 1901.
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