Chica yeyé. Comentario de texto



No te quieres enterar que te quiero de verdad y vendrás a pedirme de rodillas un poquito de amor. Pero no te lo daré porque no te quiero ver, porque tú no haces caso ni te apiadas de mi pobre corazón. Búscate una chica, una chica yeyé, que tenga mucho ritmo y que cante en inglés. Que tenga el pelo alborotado y las medias de color, una chica yeyé que te comprenda como yo. No te quieres enterar que te quiero de verdad y vendrás a pedirme y a rogarme, y vendrás como siempre a suplicarme que sea tu chica, tu chica yeyé.

Antonio Guijarro Campoy (letra) y Augusto Algueró (música), 1965.


La música yeyé fue una corriente desenfadada del pop de los años 60, con canciones bailables. La actriz Concha Velasco popularizó Chica yeyé, un tema paródico que ponía voz a las adolescentes de la época, compuesto originalmente para Luis Aguilé e inserto en la banda sonora de la película Historias de la televisión (José Luis Sáenz de Heredia, 1965).

La protagonista de la canción comienza su alocución dirigiéndose a su pretendiente. Le recrimina que él no se quiere enterar de que ella le quiere de verdad, asegurando que, sin embargo, no va a entregarle su amor, porque no lo quiere ver.

Ella le quiere, pero no piensa corresponderle. Todo indica que la chica está dolida con él, porque siente que no le hace el suficiente caso. Ella asegura que él se arrodillará para conquistarla, pero no obtendrá resultado alguno.

A continuación, le sugiere que busque a una chica yeyé. Esto deja claro que ella no es una chica yeyé. Las chicas yeyés, detalla, tienen ritmo, cantan en inglés, mantienen su pelo alborotado y llevan medias de color. Ella no.

Añade que esa chica que él ha de buscar ha de comprenderlo, como hace ella. Esto sugiere que, en el fondo del asunto, lo que le pasa a la protagonista es que ha tenido alguna experiencia previa con él al respecto. El chico ha denotado un interés previo por las chicas yeyés, y eso no ha gustado nada a la chica, que se muestra enfadada.

Tras todas estas reflexiones, ella infiere que él va a rogarle que sea su chica yeyé. Parece que ella tiene claro que él quiere que se transforme en chica yeyé, cosa que en principio no va a hacer.

Sin embargo, y respondiendo al tono paródico de la letra, la canción es interpretada con ritmo de música yeyé. La propia protagonista está demostrando que, pese a no ser una chica yeyé, se comporta como tal, lo que nos lleva al principio de su reflexión, cuando aclara que lo quiere a él de verdad.

Tras el tono irónico del texto encontramos la plasmación de dos temáticas. Por un lado, el contexto social, en una España franquista con un tímido aperturismo de las costumbres, heredado del exterior. Y por otro lado, el eterno tema de las relaciones amorosas, en las que se produce siempre un difícil intento de equilibrio. Sin olvidar el papel de la mujer, en una composición escrita por un hombre, donde se acaba ridiculizando el carácter supuestamente contradictorio de las damas.

La canción resultó un éxito fulminante, gracias a la excelente interpretación de Concha Velasco, y su memoria perdura hasta nuestros días, con incontables versiones posteriores.

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