Las musas en Zaragoza

Una musa es una divinidad inspiradora de arte. En la mitología clásica son nueve y representan a las artes: Calíope (la lideresa, poesía épica), Erato (poesía lírica), Talía (comedia), Melpómene (tragedia), Clío (historia), Urania (astronomía), Polimnia (retórica), Euterpe (música) y Terpsícore (danza). Forman parte del séquito de Apolo, hijo de Zeus. Su función es inspirar la creación en los humanos, susurrándoles nuevas ideas. “Musa” ha acabado siendo sinónimo de “inspiración”. De su nombre derivan las palabras museo y música.

Su número se redujo luego a seis, para representar a las llamadas “artes mayores” o “bellas artes” (pintura, escultura, arquitectura, literatura, música y danza), ampliadas a siete con el cine, a ocho con la fotografía (aunque es anterior) y a nueve con el cómic. Otra versión incluía solo tres: Meletea, Mnemea y Aedea, a la que se añadió Arque. Además, cada una de las cuerdas de la lira de Apolo era también una musa: Nete, Mese e Hípate.

El escultor alcañizano Francisco Rallo Lahoz realizó en 1970 quince esculturas en piedra de nueva factura y 2,3 m cada una, representando a las musas, siguiendo un proyecto no realizado del zaragozano Félix Burriel, de 1937, que incluía cuatro figuras, con los nombres de Comedia, Tragedia, Música y Danza, o lo que es lo mismo, Talía, Melpómene, Euterpe y Terpsícore.

Estas esculturas fueron destinadas a decorar el Teatro Principal de Zaragoza y fueron repartidas en sus fachadas, en cuatro grupos repetidos: tres de ellos con las cuatro y uno con tres, en la calle de Don Jaime I.

En 1985, el Teatro fue reformado por el arquitecto zaragozano José Manuel Pérez Latorre y las esculturas se redistribuyeron. Así, sobre la fachada del Coso se colocaron cuatro: Melpómene aparece con su máscara trágica a la izquierda; a su lado, Euterpe con su cítara; le sigue Terpsícore danzando; y Talía aparece a la derecha con su máscara sonriente.

Hay otras cuatro en el resalte del tejado de la esquina de la plaza de José Sinués con la calle de Eusebio Blasco, y cinco en el interior del edificio. Las dos restantes, que representan a Talía y a Euterpe, acabaron en la plaza de Santo Domingo, junto al Teatro del Mercado, en 1987.

Ya decía Picasso eso de que “si llegan las musas, que te pillen trabajando”. Y Serrat apuntilló: “pero hoy las musas han pasao de mí; andarán de vacaciones”. De todo lo cual se deduce que lo mejor es que pillemos a las musas trabajando ellas.

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