Los personajes de “Un cadáver a los postres”

En la novela policíaca de Agatha Christie Diez negritos (1939), cada individuo de un grupo heterogéneo de personas recibe una invitación para reunirse en una mansión, donde les esperan el mayordomo y la cocinera; allí sucederán hechos criminales.

Este esquema ha sido aprovechado para crear diferentes películas, además de las múltiples adaptaciones del texto original. Por ejemplo, La mansión de los horrores (House on Haunted Hill, William Castle, 1959) producción de terror en la que el anfitrión, interpretado por Vincent Price, invita a cinco personas a un palacete del que no pueden salir.  

Pero la cinta más atractiva de todas ellas para realizar un pequeño estudio de sus personajes y de los actores que les dieron vida es Un cadáver a los postres (Murder by Death, Robert Moore, 1976). Se trata de una parodia, escrita por el prolífico Neil Simon, de las novelas y películas de detectives. Cinco de ellos, considerados los mejores del mundo, y sus respectivos acompañantes, son invitados a cenar a una mansión por un misterioso anfitrión que les reta a resolver un asesinato aún no cometido.

Los personajes de la casa son tres. El anfitrión, Lionel Twain, interpretado por el reputado escritor estadounidense Truman Capote, autor de la novela A sangre fría (1963); el mayordomo ciego, James Bensonmum, a cargo del oscarizado actor británico Alec Guinness; y la cocinera sordomuda, Yetta, encarnada por la característica actriz Nancy Walker.

Respecto a los invitados, tenemos en primer lugar al inolvidable actor y comediante británico Peter Sellers como el inspector Sidney Wang, un chino que parodia al detective oriental Charlie Chan, creado en 1925 por Earl Derr Biggers y que protagonizó decenas de películas populares. Va acompañado de su hijo adoptado japonés, Willy Wang, encarnado por Richard Narita.

La siguiente pareja está compuesta por el detective Dick Charleston y su esposa Dora, que llegan acompañados de su perro. Están interpretados por los célebres actores británicos David Niven y Maggie Smith. Son una parodia de Nick y Nora Charles, personajes creados por Dashiell Hammett para su novela El hombre delgado, que luego aparecerían en la serie de seis películas encabezadas por La cena de los acusados (1934).

Llegamos al personaje interpretado por el actor James Coco: Milo Perrier, una parodia de Hércules Poirot, el detective belga creado por Agatha Christie, protagonista, entre otras muchas, de la novela Asesinato en el Orient Express (1934). Va acompañado de su chófer y secretario, Marcel Canché, al que da vida el actor entonces debutante James Cromwell.

El protagonista de la serie de televisión Colombo, Peter Falk, encarna aquí al detective Sam Diamond, una parodia que integra a dos famosos personajes con gabardina encarnados en el cine clásico por Humphrey Bogart: Sam Spade, creado por Dashiell Hammett para su novela El halcón maltés (1930), y Philip Marlowe, creado por Raymond Chandler y protagonista de El sueño eterno (1939). Va acompañado de su supuesta secretaria y amante Tess, que luego resulta ser Vilma Norman, camarera, interpretada por Eileen Brennan.

Y en último lugar hace su aparición Jessica Marbles, a cargo de la actriz británica Elsa Lanchester. Se trata de una parodia de Miss Marple, el personaje de Agatha Christie que resuelve asesinatos en una veintena de sus novelas. Le acompaña su anciana enfermera, la señorita Weders, encarnada por Estelle Winwood.

Próximo el desenlace, varios de los personajes resultan tener otras identidades, como el citado caso de la acompañante de Sam Diamond, hasta que al final se descubre quién es el asesino y a quién ha asesinado. Una película graciosa y entretenida, que se eleva por encima de la media por la comentada profusión de actores y personajes destacados.

Existe un final alternativo que fue rodado pero no se incluyó en la película. Los actores Keith McConnell, irlandés, y Richard Peel, británico, interpretaron respectivamente a Sherlock Holmes y el doctor Watson, que llegan tarde a la cita. Ni que decir tiene que se trata de los famosos personajes de las novelas de Arthur Conan Doyle. La escena fue incluida en un pase televisivo.

En 1985 se estrenó El juego de la sospecha (Clue, Jonathan Lynn), comedia criminal heredera de Un cadáver a los postres, con su mansión, su mayordomo que va recibiendo a los invitados a cenar y su trama también enfocada a averiguar la autoría de los asesinatos. Basada en el juego de mesa Cluedo, en este caso ni parodiaba a famosos detectives ni tuvo apenas actores o aspectos relevantes.

Queda pues, para la historia de las curiosidades, la lista de apariciones estelares del filme de 1976.

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