Palestina

Palestina es una región geográfica de Oriente Medio, entre el mar Mediterráneo y el río Jordán (“Desde el río hasta el mar”) con el río Litani al norte y el desierto del Néguev al sur. En el pasado se llamó Fenicia y Canaán. Los cristianos la denominan Tierra Santa, y los judíos Tierra de Israel.

En su territorio, encrucijada de caminos, han confluido personas de tres religiones: cristianos, judíos y musulmanes. Tras la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano perdió sus provincias del sur: Siria, Jordania y Palestina, que quedaron bajo control británico. En 1922, el 78 % de los habitantes de Palestina era musulmán suní y el 11 % judío.

La migración judía al territorio se incrementó: en 1945 había un 60 % de musulmanes y un 31 % de judíos. En 1947 la ONU decidió que el territorio se dividiría en dos estados: Palestina para los musulmanes e Israel para los judíos, con Jerusalén administrada por la ONU. Fue la opción supuestamente apoyada por los judíos, y quedó descartada la posibilidad de creación de un solo estado federal.

En 1948 el Reino Unido se retiró de Palestina y los judíos proclamaron el Estado de Israel. Los cinco países árabes vecinos (Líbano, Siria, Jordania, Irak y Egipto) atacaron, perdiendo la guerra, con 780.000 palestinos exiliados a Jordania y Líbano. En 1949 se firmó un armisticio en el que Israel se quedaba con el 78 % de Palestina, y el 22 % restante estaría controlado por Egipto (la Franja de Gaza) y Jordania (Cisjordania con Jerusalén Este).

En 1967, Israel atacó a Egipto, Siria y Jordania, ocupando la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Estos territorios están considerados hasta hoy por la ONU como ilegalmente ocupados. Cabe diferenciar entre judíos y sionistas: estos últimos son los nacionalistas ideólogos de la ocupación, al promover la idea de que el judaísmo es una nación y no una religión. No hay que confundir antisionismo con antisemitismo (una forma de racismo).

En 1964 se fundó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), coalición reconocida por la ONU en 1974 como representante del pueblo palestino. Su partido político mayoritario es Fatah, socialdemócrata. Tras el liderazgo de Yasir Arafat hasta 2004, le sucedió Mahmud Abás, presidente desde 2014 del Estado de Palestina, proclamado en 1988 y reconocido por la ONU en 2012. Su capital de facto es Ramala, aunque los palestinos reivindican que sea Jerusalén Este, actualmente ocupada.

En 1987 se creó Hamás, organización política islamista que se opone a Fatah y lucha contra Israel. Desde 2017 solicita la vuelta a las fronteras previas a 1967. En sus inicios fue financiada por Israel para debilitar a la OLP, copiando la estrategia de Estados Unidos con los talibanes para luchar contra la URSS. Sus líderes fundadores fueron Ahmed Yasín y Ábdel Aziz ar-Rantisi, que fueron asesinados por Israel en 2004. Les sucedió Jaled Meshal, que dirigió Hamás desde Damasco hasta 2017. Tras él, Ismail Haniya presidió Hamás hasta 2024, cuando fue asesinado por Israel y sustituido por Yahya Sinwar.

En 2023 Hamás atacó a Israel, produciendo más de 1.200 víctimas civiles. Israel, que conocía el ataque de antemano, invadió militarmente la Franja de Gaza. Este territorio, aunque ocupado por Israel, estaba controlado desde 2007 por Hamás. Aprovechando la coyuntura, Israel también ha atacado Cisjordania, ocasionando cientos de muertos palestinos. La ocupada Cisjordania está parcialmente controlada por Fatah.

El conflicto ha provocado el desplazamiento de dos millones de palestinos y la muerte de más de 40.000, además de constituir el episodio de muertes por hambre más intenso desde la Segunda Guerra Mundial. La Corte Internacional de Justicia de la ONU considera que Israel está cometiendo un genocidio. La intención del Gobierno israelí es expulsar a los palestinos de Gaza a la península del Sinaí, en Egipto.

Se puede argumentar a favor o en contra de la creación del Estado de Israel en Palestina, pero no hay ninguna duda de que las acciones ilegales llevadas a cabo por los Gobiernos de ese Estado desde 1948, ocupando territorios y exterminando a sus habitantes, son un caso claro de infamia inhumana. Y una razón incontestable para apoyar al pueblo palestino en su incansable lucha por la justicia.

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