Ostra de la pradera

“Prairie Oyster” (“ostra de la pradera”) es un eufemismo en inglés que significa “testículo de toro”, lo que en castellano llamamos “criadillas”. Es la denominación de una bebida tradicional contra la resaca, que incluye una yema de huevo, salsa inglesa, tabasco, sal y pimienta. Fue popular a lo largo del siglo XX en el ámbito anglosajón, especialmente en los Estados Unidos, concretamente en la región histórica de Nueva Inglaterra, al noreste, donde se dató por vez primera.

Se debe tomar con la yema sin romper y de un solo trago, para recordar la experiencia de la degustación de una ostra, ese molusco bivalvo o lamelibranquio. También, si se prefiere, para evocar la muy castiza frase “cómeme los cojones”, lo cual vendría a trastocar al potencial barman en un astado airado.

La salsa inglesa, Worcestershire o Perrins es una evolución del garum romano, fermento de pescado con especias. El famoso cóctel de vodka y tomate Bloody Mary, también acreditado contra la resaca, es primo hermano del Prairie Oyster, hasta el punto de que a este último también se le agrega a veces jugo de tomate.

Cuando al Prairie Oyster se le añade un licor, como la ginebra, el nombre del cóctel es “Pelo de perro”, expresión heredera de la antigua costumbre de colocar en la herida pelos del perro rabioso que te había mordido, que sería una metáfora de curar la resaca con alcohol. Una versión de la conocida magia imitativa, según la que lo semejante produciría lo semejante, en un juego ilógico muy propio del ser humano.

Otros combinados alcohólicos con el mismo propósito se llaman genéricamente “reanimador de cadáveres”. Uno de ellos es el “Amber Moon”, “luna ámbar”, variante del Prairie Oyster con alcohol, generalmente whisky, aunque a veces también se prepara con vodka. El mundo de las mezclas de bebidas, ya sean espirituosas o curativas, no tiene unas fronteras muy definidas y sus variaciones tienden al infinito.

Según la ciencia, ni la ostra de la pradera ni el resto de cócteles antirresaca son efectivos. Sin embargo, los huevos contienen cisteína, un aminoácido que descompone el acetaldehído, subproducto del procesamiento del alcohol y principal factor para la aparición de la resaca.

Las referencias al Prairie Oyster son innumerables en la literatura, el cine y la cultura popular. Algunos ejemplos: se nombra en el episodio 14 del Ulises (James Joyce, 1922); el ayuda de cámara de Gary Cooper le prepara uno en El secreto de vivir (Frank Capra, 1936); James Bond (Sean Connery) asegura ingerirla como desayuno en Operación trueno (Terence Young, 1965); la dulce Juliette Lewis dice que su padre lo tomaba en Kalifornia (Dominic Sena, 1993).

La costumbre de hacer tomar café con sal al borracho para que vomite es mucho más expeditiva, por no decir salvaje, que la de aliviar la resaca con estos preparados. Máxime cuando la inocua y poética ostra de la pradera original ni siquiera contiene alcohol, por mucho que las versiones refinadas actuales pretendan llamar así al combinado con vodka y utilicen huevos de codorniz por ser más exclusivos.

¿Alteraciones gástricas? ¿Dolor de cabeza? ¿Aturdimiento? ¿Mareos? ¿Sed intensa? ¿Debilidad? ¿Flatulencias? No se preocupe, usted ha bebido mucho y tiene resaca, como quien hace gimnasia y padece agujetas. La ostra de la pradera acudirá en su ayuda, con la ventaja de hacerlo con estilo. Como decía Maki Navaja, “En este mundo podrío y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética”.

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