Conciencia cuántica

La conciencia es la percepción de uno mismo y del entorno. En mayor o menor grado se da en todos los seres vivos, aunque nos gusta investigar, sobre todo, la conciencia humana. En nuestros cerebros, la conciencia se genera mediante la actividad combinada de las neuronas.

La física cuántica es la que estudia los fenómenos que se producen a pequeña escala, en el mundo subatómico. Muchos de ellos son incompatibles con nuestra experiencia cotidiana.

Uno de esos fenómenos es la superposición. Cualquier partícula existe en todos los estados posibles hasta que es observada o medida. Entonces sus propiedades, su posición o la dirección de su movimiento son solo una. El gato de Schrödinger es una metáfora de esta cuestión.

Otra rareza del mundo cuántico es el entrelazamiento. Cuando dos partículas pertenecen al mismo sistema, cualquier cambio de estado de una de ellas afecta a la otra, sin importar lo lejos que estén entre sí. Esto fue definido por Einstein como “acción fantasmal a distancia”.

El entrelazamiento se deriva de la superposición, porque al concretarse un estado en una partícula también se concreta el estado de su pareja. Una tercera extravagancia cuántica es el efecto túnel, que posibilita que algunas partículas atraviesen barreras energéticas de modo inexplicable por la física clásica.

El pionero en teorizar que la conciencia podría surgir de procesos cuánticos fue el físico Roger Penrose en 1994. Supuso que la conciencia se producía cuando colapsa un estado de superposición, aunque la comunidad científica no aprobó sus especulaciones.

En 2007, el químico Greg Engel descubrió que la fotosíntesis de las plantas implica procesos cuánticos. El aprovechamiento eficiente de la energía solar se realiza mediante superposición, en oscilaciones electrónicas coherentes. Fue el primer impulso para la creación de la biología cuántica, y una vía abierta a trasladar sus conclusiones a la neurociencia.

En 2018, el físico Matthew P. Fisher propuso la posibilidad de que los procesos cerebrales se basaran en la física cuántica. La unidad básica de información cuántica se denomina cúbit. Es la reducción de una partícula a un sistema binario, en el que posee dos estados en superposición. Mientras que los bits clásicos pueden representar cero o uno, los cúbits son cero y uno a la vez. Así, según Fisher, los átomos de fósforo de la membrana de las neuronas funcionarían como cúbits bioquímicos. En sentido inverso, el químico e informático Alán Aspuru-Guzik avanzó en 2021 la construcción de neuronas artificiales a base de cúbits.

Christopher Rourk y otros biólogos cuánticos descubrieron, también en 2021, que la ferritina, proteína presente en el cerebro, es capaz de transportar electrones a velocidades superiores a las convencionales, mediante el efecto túnel.

En 2024, un grupo de investigadores encabezado por Hartmut Neven plantea que la superposición es la responsable de las cualidades subjetivas de las experiencias individuales y de la sensación de controlar los acontecimientos. Según ellos, la conciencia se manifestaría cuando un sistema neuronal entra en superposición, no cuando colapsa, como supuso Penrose. Añaden además que el entrelazamiento sería la causa de que percibamos las cosas de modo unitario, integrando sus partes.

También en 2024, otro grupo de científicos chinos encabezado por Zefei Liu ha publicado un estudio según el cual la mielina, un material graso que rodea las neuronas y transmite sus impulsos eléctricos, es un buen entorno físico para el entrelazamiento de fotones. Esto explicaría la sincronización de los procesos cerebrales, facilitada por la intercomunicación simultánea de los pares de fotones.

Por fin, el biólogo teórico Stuart Kauffman también sostiene que la conciencia es el resultado de procesos cuánticos. Siguiendo a Penrose, la percepción de la realidad se daría al producirse el colapso de la superposición. Y como Neven y Liu, añade que el entrelazamiento sería el responsable de la experiencia unitaria o sincronización, teniendo en cuenta que aporta la comunicación instantánea. Kauffman patentó en 2011 su idea de que se pueden generar sistemas con elementos físicos que, mediante procesos cuánticos, resulten útiles para descubrir nuevos fármacos, ordenadores cuánticos e inteligencia artificial.

La mayor parte de las teorías de la conciencia cuántica son meras especulaciones, aunque algunas de las investigaciones expuestas muestran evidencias de que la fotosíntesis, la ferritina y la mielina están asociadas a la física cuántica, presentando casos de superposición, efecto túnel y entrelazamiento. Los seres vivos somos máquinas complejas, y quizás en nuestra propia constitución esté la clave para entender las diferencias abismales entre la física clásica y la cuántica, y acercarnos a la deseable física unificada. Todo ello gracias a la conciencia.

Enlaces:

https://elpais.com/opinion/2024-08-31/y-si-la-consciencia-es-un-fenomeno-cuantico.html

https://www.levante-emv.com/tendencias21/2024/09/04/consciencia-surgiria-directamente-procesos-cuanticos-107735858.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-58330004

https://www.esquire.com/es/ciencia/a61872878/conciencia-entrelazamiento-cuantico/

https://www.xataka.com/medicina-y-salud/teorias-cuanticas-consciencia-posibilidad-que-mente-surja-efecto-cuantico

Ver también:

Conciencia cuántica 2

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