Debate sobre debates electorales

- Los debates electorales televisivos son dañinos y estúpidos. En ellos importa más cómo se dicen las cosas que las cosas que se dicen.

- No es cierto. Reproducen el comportamiento humano, en el que la actitud es muy relevante. Y cada participante puede decir lo que quiera.

- Los representantes políticos aparecen como actores, y el que logra equilibrar mejor un aspecto tranquilo con frases rimbombantes es el que se lleva el gato al agua.

- Todos actuamos: la vida es puro teatro. Y decir cosas especiales con calma es propio de personas sabias.

- A más democracia, menos líderes. A más personalismos, menos ciudadanía.

- Cada partido político se articula en torno a sus portavoces. Sería imposible que todos los militantes tomaran la palabra.

- Los debates potencian la política de personas contra la política de ideologías. Y en un sistema democrático lo que se confrontan son ideas: las conservadoras de los que defienden a los poderosos desde el injusto egoísmo, y las progresistas de los que protegen a los desfavorecidos desde la defensa de los derechos humanos.

- Yo creo que lo importante son las personas. Te contradices: esas supuestas políticas justas las planifican y ejecutan personas concretas.

- Es inevitable sentir más o menos simpatía por uno u otro representante político. Pero es nefasto guiarse por su atractivo personal, que es lo que potencia la celebración de debates electorales.

- Las relaciones humanas se configuran entre gente afín. Si un político te resulta más atractivo es porque responde a tu visión y tu forma de estar en el mundo. Se trata de sentirse representado e identificarse.

- Las valoraciones acerca de los debates son si han sido chispeantes o aburridos, si el tono usado por los intervinientes ha sido más o menos acertado, si ha habido más o menos mentiras o manipulaciones, pero nunca se comenta lo que importa.

- Cada uno es muy libre de considerar lo que importa y lo que no. Todos queremos divertirnos. Además, los debates son clarificadores porque vemos intercambiar opiniones contrapuestas.

- La guinda terrible de todo esto es que se permite intervenir a representantes de la extrema derecha, con la excusa de que es un acto democrático. Esas personas son portavoces de lo contrario a la democracia. Desgranan sus peligrosas idioteces aprovechando una supuesta libertad de expresión, que es precisamente lo que ellos pretenden abolir. Herederos históricos de lo más rastrero del género humano, el nazismo y el fascismo, que cuando han llegado al poder no sólo han amordazado a la cultura, sino que también han asesinado masivamente a los librepensadores y a otros grupos humanos que odian.

- Un sistema democrático se dota de unas leyes aprobadas por las mayorías de los representantes elegidos por la gente. Esas leyes son las que ponen los límites, y un acto democrático nunca es una excusa, sino una herramienta igualitaria.

- ¿Quién ha ganado el debate? Una pregunta recurrente que se refiere a quién ha actuado mejor. Si los debates electorales televisivos son una lacra democrática, y son mucho más importantes los programas de los partidos, es primordial la opción política para decidir el voto.

- Te tomas demasiado en serio una cuestión secundaria. Debatir es sano, aunque sea en formato de espectáculo televisivo. La opción de cada cual está condicionada por su personalidad, forjada por sus circunstancias.

- Fomentar que el sufragio universal se centre en determinadas caras es priorizar la forma sobre el fondo, infantilizar a la población y avanzar en la superficialidad que lleva al progresivo descerebramiento general.

- El mundo no es como tú lo ves, ni como yo lo veo. La realidad es el conjunto de las realidades individuales. Al final eres tú el que suelta frases rimbombantes.