El último deber y La última bandera
Darryl Ponicsan es un escritor estadounidense que publicó en
1970 su novela El último deber (The Last Detail) y en 2005 su secuela La última bandera (Last Flag Flying). Ambos textos han sido llevados al cine. En 1973,
el director Hal Ashby llevó la primera a la pantalla, protagonizada por Jack
Nicholson, Randy Quaid y Otis Young. Y en 2017, Richard Linklater dirigió la
segunda, con Steve Carrell, Bryan Cranston y Laurence Fishburne al frente del
reparto.
El último deber
relata el viaje de dos soldados que ejercen de escoltas de un tercero,
condenado a la cárcel militar. Éste es un joven de 18 años que se verá arropado
por sus propios guardianes. La última
bandera tiene un esquema similar, con dos veteranos de Vietnam que
acompañan a un tercero cuyo hijo ha muerto en Irak, en el traslado del cadáver
hasta su ciudad natal.
Las novelas nos presentan a los mismos personajes, separados
por tres décadas: el padre cuyo hijo ha fallecido es el joven preso; y los
veteranos son sus antiguos escoltas. Pero en los filmes se trata de tres
personas distintas, de acuerdo al guion de la más reciente, que modifica la
novela en que se basa. Así que los libros sí son secuelas, pero las películas
no.
La película de 1973 es entretenida, impertinente y hasta
emocionante a ratos, con esos tres machotes tarambanas haciendo de las suyas.
El inicio de la de 2017 y buena parte de su desarrollo se sigue con interés;
las actuaciones, los diálogos y la realización están a la altura. Pero poco a
poco se va desinflando, hasta terminar en un final soso, patriotero y
decepcionante.
Richard Linklater tiene buenas películas; Bryan Cranston
releva con acierto a Jack Nicholson. Pero no pasa nada si La última bandera no se ve. Aporta poco,
tirando a nada. Malditos militares.
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