Cinco organismos nocivos
Un organismo nocivo es todo aquel cuya presencia es indeseable
por tener un efecto dañino. En nuestra sociedad hay unos cuantos. Están entre nosotros y están normalizados. Veamos cinco
ejemplos.
Cámaras de comercio y asociaciones empresariales:
Organizaciones privadas para el fomento de las empresas. No persiguen el bien
común, sino el de sus asociados, y constituyen grupos de presión al
Estado.
Colegios profesionales:
Asociaciones gremiales de oficios provenientes de títulos universitarios. Son
la expresión elitista del corporativismo, primero católico y después también
fascista. Defienden sus intereses particulares a espaldas del conjunto de la
sociedad. Son lo contrario de los sindicatos de clase.
Fundaciones:
Organizaciones filantrópicas con fines variados, que administran grandes
fortunas. Obtienen exenciones fiscales por sus inversiones, decididas por la
propia fundación y no por un Gobierno democrático, debilitando la estructura
del Estado y potenciando la desigualdad. En muchos casos son herramientas de
blanqueo de dinero.
Parroquias:
Divisiones territoriales de las diócesis de las iglesias cristianas. Practican
y difunden los ritos asociados a los mitos de su religión, haciendo
proselitismo anticientífico directo en su entorno geográfico. Son lo contrario
de los centros cívicos.
Colegios religiosos:
Centros docentes de propiedad privada de órdenes cristianas. Difunden entre los
niños los mitos de su religión. En España están mayoritariamente financiados
por el Estado, a través de conciertos económicos detraídos de los presupuestos
de educación pública.
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