La corona vacía

Se han marchitado todos los laureles de esta tierra
y los meteoros amenazan la paz de los planetas.
La pálida luna se refleja sangrienta
y escuálidos profetas susurran terribles cambios.
Los ricos entristecen y los rufianes no dejan de bailar,
unos por miedo a perder lo que tienen
y otros por obtenerlo con guerra y caos.
Tales signos presagian la muerte o la caída de los reyes.

William Shakespeare, Ricardo II, 1595

 

Las obras históricas escritas por Shakespeare se suelen reunir en dos ciclos: por un lado la Henriada, con cuatro obras: Ricardo II (1595), las dos partes de Enrique IV (1597-98) y Enrique V (1599); por otro, la Guerra de las Dos Rosas, con otras cuatro obras, escritas antes pero siguientes en orden histórico: las tres partes de Enrique VI (1590-91) y Ricardo III (1591).

Hay tres obras más, que suelen quedar fuera de las recopilaciones: El rey Juan (1596), sobre Juan I (1199-1216), más conocido como Juan Sin Tierra; Eduardo III (1596), acerca de ese monarca (1327-1377); y Enrique VIII (1613), que cuenta su reinado (1509-1547).

La serie de televisión británica La corona vacía tuvo dos temporadas, correspondientes a los dos ciclos comentados. Así, en la primera (2012) se incluyeron cuatro capítulos, repasando la monarquía británica según Shakespeare, con una primera entrega dedicada a Ricardo II (1377-1399), las dos siguientes a Enrique IV (1399-1413) y la cuarta a Enrique V (1413-1422). Y la segunda temporada (2016) se ocupó, en tres capítulos, de Enrique VI (1422-1461) en los dos primeros; y de Ricardo III (1483-1485) en el último.

Estas siete películas fueron emitidas en la BBC, y su título genérico, La corona vacía (The Hollow Crown), hace referencia a la sucesión de esos cinco monarcas británicos de finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. Se trata de un gran esfuerzo artístico y de producción, que cuenta en su reparto con primeras figuras británicas de la interpretación, excelente ambientación y resultados por lo general óptimos.

1. Ricardo II (2012, 2h 30 m) ****
Dividida después en tres partes de 50 minutos (episodios 1, 2 y 3 de la primera temporada), está dirigida por Rupert Goold y protagonizada por Ben Whishaw, magnífico en su desempeño. La obra original, repleta de parlamentos líricos, se ve brillantemente reflejada.

2. Enrique IV, primera parte (2012, 2 h 30 m) ***
Dividida después en tres partes de 50 minutos (episodios 4, 5 y 6 de la primera temporada), su metraje original son las dos primeras horas, y la media hora añadida procede de la película siguiente.

3. Enrique IV, segunda parte (2012, 1 h 40 m) ***
Dividida después en dos partes de 50 minutos (episodios 7 y 8 de la primera temporada), su metraje original hasta las dos horas incluye el final del episodio 6.

Ambas están dirigidas por Richard Eyre y protagonizadas por Jeremy Irons, aunque cobran más importancia Simon Russel Beale como Falstaff (sin llegar a la excelencia de Orson Welles) y Tom Hiddleston como Hal, futuro Enrique V. La calidad de su realización respecto a Ricardo II decrece.

4. Enrique V (2012, 2 h 15 m) ***
Dividida después en tres partes de 45 minutos (episodios 9, 10 y 11 de la primera temporada), está dirigida por Thea Sharrock y protagonizada por Tom Hiddleston, que mantiene el tipo respecto a sus ilustres precedentes, Laurence Olivier y Kenneth Branagh.

5. Enrique VI, primera parte (2016, 1 h 40 m) ***
Dividida después en dos partes de 45 m (episodios 1 y 2 de la segunda temporada) y parte del episodio 3.

6. Enrique VI, segunda parte (2016, 2 h) ***
Dividida después en tres partes de 50 m (episodios 3, 4 y 5 de la segunda temporada), incluyendo el final de la película anterior en el episodio 3.

Ambas están dirigidas por Dominic Cooke, con muchas licencias y omisiones, y protagonizadas por Tom Sturridge, aunque Hugh Bonneville cobra más importancia en la primera parte como Gloucester y Adrian Dunbar como York en ambas.

7. Ricardo III (2 h 10 m) ****
Dividida después en tres partes de 45 m (episodios 6, 7 y 8 de la segunda temporada), está dirigida por Dominic Cooke, y protagonizada por el gran Benedict Cumberbatch, que borda al malvado y deforme personaje, como ya lo hicieran Laurence Olivier o Al Pacino.

 

Como valoración general sobre la serie, su calidad es notable y las adaptaciones, unas mejores que otras. La decisión de poner actores negros en papeles de blancos no me parece acertada, así como tampoco la de eliminar pasajes importantes y reordenar la trama, como en el caso de Enrique VI. Se utilizan los mismos actores para representar a sus respectivos personajes que aparecen en las distintas entregas, con alguna excepción, como la del rey Enrique IV, que en su aparición en Ricardo II como Bolingbroke es interpretado por Rory Kinnear, que no se parece nada a Jeremy Irons. También en ocasiones se intercalan oportunos insertos aclaratorios con flashbacks de capítulos anteriores.

Perfectamente estrenables en salas, por ello las he incluido en mi lista Shakespeare se va al cine, que incluye cientos de películas basadas en las obras del autor inglés.


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