Autoentrevista a Antonio Tausiet
Esto es una entrevista de Antonio Tausiet a Antonio Tausiet.
Como entrevistador, hago un repaso por una serie de temas respecto a los que no
me queda del todo claro qué piensa el entrevistado.
1. El confinamiento
-El confinamiento en los domicilios durante la pandemia de
la Covid supuso que se evitasen decenas de miles de muertes, según los datos de
los científicos. Mientras tanto, la mayor parte de la población ha olvidado ese
trance, y los pocos que lo recordamos estamos divididos entre los que creen sin
ninguna duda que todo aquello formó parte de un plan de los poderosos para
poder controlar a la población y los que saben que el confinamiento siempre es
una medida necesaria en caso de pandemia. ¿Cuál es tu punto de vista al
respecto?
-Las personas que sostienen que el confinamiento se decretó
para controlar a la población acusan a los que creemos en la evidencia
científica de que hemos perdido el criterio crítico y nos dejamos llevar por
los mensajes de los Estados para acatar sus consignas de sumisión y pérdida de
derechos. Los que sabemos que el método científico es el motor del progreso nos
escandalizamos de que aún queden tantísimos humanos presas del mito.
-Estoy de acuerdo. La evidencia científica es fruto del
método que ha sido aplicado desde que todo lo que nos rodea y favorece surgió
de la filosofía. Soy partidario de la aplicación del método experimental,
porque ha demostrado ser la única respuesta a las preguntas universales.
-Yo aún diría más. Estaría bien que los muertos de la Covid resucitasen
para perseguir a los listillos que tienen alternativas a la ciencia y aseguran
que el confinamiento, las mascarillas y las vacunas son estrategias de los
poderes para someter al pueblo. Las estrategias de los poderes para someter al
pueblo fluyen desde hace décadas por los medios de comunicación y las
pantallas. No les hace falta ninguna pandemia para tener controlada y sojuzgada
a la gente.
2. La inversión ideológica
-Mi preocupación no se centra en las sensatas medidas
sanitarias. No sé si es un plan de los poderosos o no, pero creo más importante
la actual deriva de inversión ideológica. Desde la ultraderecha se ha
conseguido infiltrar la idea de que la nueva izquierda es dañina, y esa memez
ha calado entre muchas gentes de buena voluntad. Ahora los fachas se erigen en
adalides de la libertad y acusan a los progresistas de tiranos moralizantes,
¿no crees?
-Lo que sucede es que van comprobando avances ideológicos y
sociales y les da mucha rabia. La libertad de opción sexual les repugna y
acusan a sus promotores de imponer preferencias. La acogida de inmigrantes les
revuelve el estómago y lanzan consignas apocalípticas. La denuncia de sus
costumbres de desigualdad de género les asusta y hacen lo que sea por conservar
sus privilegios de varones. Inventan frases como “cultura de la cancelación”
para intentar defender causas carpetovetónicas. Introducen conceptos como
“neutralidad” o “equidistancia” para igualar en sus sucios discursos a víctimas
y verdugos.
-La izquierda histórica y su análisis marxista aportó los
postulados antiimperialistas, de defensa de los trabajadores, de justicia
social, planificación económica e internacionalismo. La izquierda
contemporánea, asumiendo todo ello, ha añadido la democracia participativa, el
antimilitarismo, la autodeterminación de los pueblos, el ecologismo, el
feminismo, la liberación sexual y los derechos de las minorías sociales.
-Sí, y hay ciertos personajes, supuestamente adscritos a la
izquierda histórica, que reniegan de la izquierda contemporánea. Y digo
supuestamente porque esa gente no ha sido progresista en su vida. Son los
principales voceros de lo que tú llamas inversión ideológica y se sienten muy
cómodos entre ultraderechistas.
-Claro, todos tenemos en la mente los nombres de esos
personajes. Pero hay otra cuestión que viene a añadir carnaza a los
manipuladores, y es la infiltración del espiritualismo y la pseudociencia en
ciertas corrientes izquierdistas.
-Yo prefiero no contestar a eso, porque me da mucho asco.
3. La
patrimonialización del gamberrismo
-Según el diccionario de la Academia, un gamberro es un
libertino; un libertino es alguien libre, atrevido y disoluto. Siguiendo con el
hilo, se nos informa que un disoluto es quien está entregado a los vicios, que son
las inclinaciones a realizar actos contrarios a la moral establecida. Y ya se
sabe que “moral” se refiere a las costumbres sociales.
-Efectivamente, la moral establecida es, por definición, la
antigua. Las personas progresistas pretendemos que la sociedad avance,
modificando la moral para lograr mejoras en igualdad y justicia social. Las
herramientas de la izquierda para conseguirlo son la convicción, la información
y la lucha en todos los aspectos. Frente a nosotros, la derecha utiliza esas
mismas herramientas para perpetuar las injusticias, cuando no para lograr una
involución.
-Además, con la excusa de la libertad de expresión,
defienden que pueda haber cabida a sus consignas sin ética y antidemocráticas.
Repudian la crítica a las viejas costumbres criminales y no igualitarias
tachándola de censura. Y están consiguiendo la patrimonialización del
gamberrismo, un concepto propio de la vanguardia progresista. Cada vez es más
frecuente oírles decir que hace unas décadas había más libertad, pero a lo que
se refieren es a que había más impunidad. La libertad para ellos es la misma
que defiende el liberalismo económico: que los poderosos hagan lo que deseen,
sin tener en cuenta a los oprimidos.
-Es que esa gentuza llama heterodoxia al humor chusco. La
heterodoxia, como el gamberrismo, son instrumentos de crítica social, no de
consolidación del statu quo. Y estoy de acuerdo con lo de la impunidad:
defienden la epidermis de la explosión de libertad de expresión, sin tener en
cuenta su fondo. Es muy distinto contar chistes de maricones para denigrarlos que
hacerlo para visibilizarlos.
4. Lo políticamente
correcto
-La corrección política es de derechas. Pero hay que dejar
claro por medio de qué proceso sibilino la derecha ha llegado a convencer a
muchos de que la nueva izquierda es la que impone ese concepto. La expresión
“políticamente correcto” fue creada por la izquierda para criticar la
mentalidad pacata de la derecha. Se trata de una alusión irónica, humorística.
Una vez más, por obra y gracia de la inversión ideológica, han conseguido que
se aplique a los intentos de la izquierda para construir una sociedad mejor.
-Ahora a los ultraderechistas se les llena la boca mentando
su propio detritus y aplicándoselo a sus adversarios. Apelan a una arcadia
feliz en la que podían atacar impunemente a los minusválidos, a los extranjeros
o a las mujeres. Y rizando el rizo de la perfidia, justifican sus actos
mediante el argumento falaz de que son manifestaciones humorísticas.
-La aplicación social del sentido del humor no debe tener
límites, para que no pierda su carácter transgresor. Sin embargo, llamar
humorismo a la agresión al débil es una gran falacia. Persiguen la
glorificación del abusón, el típico descerebrado que se ríe y maltrata a los
que considera inferiores, cuando no a los que intuye superiores
intelectualmente.
-La corrección política es, una vez invertidos los papeles
por la ultraderecha, dotar de mayores derechos legales a quienes carecían de
ellos. Algo muy malo para perpetuar sus privilegios de clase, de género y de
criminalidad. El pastoreo de personas es lo que vienen practicando ellos
secularmente, y ahora nos quieren hacer creer que lo ejerce la nueva izquierda.
-Como digo, a mí me parece muy bien que se utilice la sátira
sin ningún límite censor, pero lo que hace la derecha es lo contrario, en una
estrategia liberticida. Los puritanos siempre han sido y son ellos. La pureza
de la raza, la pureza sexual, la pureza de la sangre…
-Explícate mejor, que te vas por las ramas.
-A ver, vamos a llevarlo al extremo para que me entiendas,
incluso fuera del concepto de sátira. Se están paseando por todas las
televisiones personas de partidos fascistas, argumentando barbaridades.
-Sí, pero eso forma parte del juego democrático. No se les
puede censurar, ¿no?
-Craso error. Cada vez que se les da un micrófono sueltan
sus atrocidades, que llegan a una parte de la población, deshumanizando sus
cerebros. Es decir, practican la gran censura, proveen de basura para ensuciar
las conciencias. En una democracia más perfeccionada, esas alimañas no deberían
poder formar partidos, ni presentarse a elecciones, ni tener un segundo de
atención en los medios. Eso sí sería lo políticamente correcto.
5. La apropiación
-El caso del feminismo es un ejemplo claro de la apropiación
indebida por parte de la derecha de conceptos que son antagónicos con su
ideología perniciosa. Cada vez son más los conservadores que dicen defender los
derechos de las mujeres, e incluso se les ve en algunas movilizaciones
feministas. No son más que infiltrados enmascarados, que en muchas ocasiones se
ganan así la simpatía de los ingenuos.
-Tienes toda la razón. El feminismo es revolucionario porque
persigue la igualdad. Cualquier mensaje conservador que incluya ese concepto es
manipulador.
-Sin embargo, hay quien cree que cuanta más gente se una al
feminismo es mejor, porque eso amplía su base social.
-Craso error: todas esas personas no hacen más que seguir
una corriente de moda, sin profundizar en lo que significa. Un buen ejemplo de
ello es que las supuestas feministas conservadoras reclaman la posibilidad de
llegar a los mismos puestos de poder que los varones, para perpetuar el modelo
piramidal. El feminismo, como movimiento igualitario, es todo lo contrario a
eso: persigue una sociedad en la que nadie esté por encima de nadie.
-Según eso, estás enmarcando la lucha por la igualdad de
sexos en la lucha de clases.
-Parece un concepto anticuado, por el continuo bombardeo de
modernidad vacua, pero está claro que siguen existiendo las clases sociales y
está claro que si queremos una sociedad más justa debemos luchar contra ese
esquema social. El caso del feminismo es uno más entre los de desigualdades, y
el empeño en corregirlas empieza en el suelo, no en el techo.
-Eso no lo entiendo bien. ¿Te refieres a que primero hay que
conseguir que las mujeres pobres tengan los mismos derechos que los hombres
pobres? Eso sería algo así como perpetuar la pobreza.
-No. Sería poner las bases de la igualdad. Hoy por hoy, las
mujeres que desempeñan las mismas tareas que los hombres cobran menos salario.
Y ya me he cansado de hablar conmigo mismo. Yo lo único que quiero es disfrutar
de la vida tranquilo y cómodo, y que la gente pueda hacerlo también. Se acabó.
-Bueno, no me ha terminado de quedar claro qué es políticamente
correcto o incorrecto, pero ha sido un placer conversar contigo, saludos.
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