La trilogía primigenia de Scorsese
Martin Scorsese (Nueva York, 1942) es ese director católico
de ascendencia italiana que lleva gafas de pasta y tiene la nariz grande, y que
en los años 70 formó parte de un grupo de nuevos talentos del cine
estadounidense integrado también por Coppola, Brian de Palma, Spielberg, George
Lucas o Ridley Scott. Ha dirigido películas de temáticas muy variadas, pero se
le conoce sobre todo por su representación de los bajos fondos neoyorkinos,
entorno en el que creció.
Aunque ya había realizado dos largometrajes, su primer éxito
llegó con Malas calles en 1973. Tras
otra película, entregó la quinta, Taxi
Driver, en 1976, el segundo pilar de una trilogía que, de nuevo con una
impar, la séptima, completó con Toro
salvaje (1980). Las tres cuentan con Robert de Niro (con el que filmará en
los 90 otra trilogía) y están ambientadas en el citado entorno más atribuible
al director.
Si bien la primera es un ejercicio de estilo bastante
apreciable, Scorsese demuestra en las dos siguientes que ya era entonces, como
sigue siendo ahora, un director de cine mediocre. Nadie le puede negar que es
un cinéfilo y un melómano, como demuestra en sus entrevistas y documentales.
Pero su fama de director grandioso es una absurda mentira.
1973 Malas calles (Mean Streets)
Cójase el mejor cine de Godard, llévese a los barrios bajos de Nueva York, aplíquese nervio estético y pulso narrativo, y obténgase una película brillante. Protagoniza un joven Harvey Keitel, que quiere ascender en su mundo mafioso mientras protege a su primo, un Robert de Niro desequilibrado y tarambana. Todo encaja en este puzle de música, peleas, gángsteres, chicas, coches, religión y osadía. Scorsese demostró que era uno de esos chicos formalitos que esconden un gamberro dentro.
Cójase el mejor cine de Godard, llévese a los barrios bajos de Nueva York, aplíquese nervio estético y pulso narrativo, y obténgase una película brillante. Protagoniza un joven Harvey Keitel, que quiere ascender en su mundo mafioso mientras protege a su primo, un Robert de Niro desequilibrado y tarambana. Todo encaja en este puzle de música, peleas, gángsteres, chicas, coches, religión y osadía. Scorsese demostró que era uno de esos chicos formalitos que esconden un gamberro dentro.
1976 Taxi Driver
Robert de Niro es un taxista neoyorkino con serios problemas mentales que van creciendo a medida que avanza la trama. De Niro muestra sus dotes para la interpretación, Paul Schrader escribe un guion sucio y patético, y Scorsese filma con estilo. Pero se aburren hasta las ovejas. El ambiente sórdido de las calles y sus personajes no levanta el vuelo. Un pequeño pufo. Eso sí, considerada una obra maestra.
Robert de Niro es un taxista neoyorkino con serios problemas mentales que van creciendo a medida que avanza la trama. De Niro muestra sus dotes para la interpretación, Paul Schrader escribe un guion sucio y patético, y Scorsese filma con estilo. Pero se aburren hasta las ovejas. El ambiente sórdido de las calles y sus personajes no levanta el vuelo. Un pequeño pufo. Eso sí, considerada una obra maestra.
1980 Toro salvaje (Raging Bull)
Tercera y última de las colaboraciones Scorsese-de Niro con éste interpretando el papel de un tarado neoyorkino, en este caso boxeador. Su hermano (Joe Pesci), un imbécil, ejerce de mánager. Puñetazos en blanco y negro, gente amargada, grandes interpretaciones que no sostienen el resto, y ya está.
Tercera y última de las colaboraciones Scorsese-de Niro con éste interpretando el papel de un tarado neoyorkino, en este caso boxeador. Su hermano (Joe Pesci), un imbécil, ejerce de mánager. Puñetazos en blanco y negro, gente amargada, grandes interpretaciones que no sostienen el resto, y ya está.
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