Proceso al azar
En el Museo Dalí de Figueras se celebró un congreso
científico y filosófico en noviembre de 1985 con el nombre de Proceso al azar. Cultura y ciencia:
determinismo y libertad. Lo coordinó el científico y divulgador español
Jorge Wagensberg (1948-2018), director del Museo de la Ciencia de Barcelona
entre 1991 y 2005.
En el simposio participaron, además de Wagensberg, seis
prestigiosos expertos:
Peter Landsberg (1922-2010), físico alemán, y filósofo
científico preocupado por la entropía. La Eficiencia de Landsberg indica la
conversión más alta posible de energía solar en eléctrica.
Gunther Ludwig (1918-2007), físico y filósofo alemán experto
en mecánica cuántica.
René Thom (1923-2002), matemático francés. Ver Teoría de las catástrofes en Notas.
Evry Schatzman (1920-2010), astrofísico francés
especializado en la estructura de las estrellas.
Ramón Margalef (1919-2004), biólogo español que aplicó la
teoría de la información a la ecología.
Ilya Prigogine (1917-2003), químico ruso, premio Nobel en
1977 por formular las estructuras disipativas.
Con sus ponencias y debates se publicó un libro colectivo
(Tusquets, 1986) y una caja de DVD con las grabaciones efectuadas por Gonzalo
Herralde (Editrama, 2008), con resúmenes disponibles en Youtube desde 2017. Todos los intervinientes
han fallecido.
En la inauguración del evento se leyó un texto de saludo del
anfitrión, Salvador Dalí, titulado El Enigma
Estético, mientras el pintor, de 81 años, seguía las jornadas por un
circuito cerrado de televisión. Cuando los científicos se acercaron a
saludarle, Dalí recomendó a Thom y a Prigogine que hicieran las paces, tras
observarlos discutiendo en las jornadas. Este es el texto que escribió, al que
he añadido siete notas aclaratorias:
El Enigma Estético
Amigos, meditad y tened en cuenta el gran honor que nos
hacen los sabios y científicos al traernos sus últimos conocimientos bajo la
Cúpula del Museo.
Considerad y meditad que el propio Leibniz quiso continuar
el Arte Combinatorio de Raimon Llull, el Doctor Iluminado; las ruedas
combinatorias funcionaban gracias a un hilo rojo que las atravesaba por el
centro y que estaba cosido al pergamino, y, de Noche, decía que, si se tenía la
costumbre, continuaban rodando y combinándose en el Sueño, como las ruedas del Fuego
Ardiente, tal y como quería Heráclito el Oscuro.
El fenómeno Estético está estrechamente ligado a la Historia
de la Ciencia, aunque sólo sea por el mero hecho de que en ambas se da la
elección experimental.
Saliendo de las tinieblas medievales de Raimon Llull, que
era un poeta, reencontramos la plena luz, cuyo estudio científico inicia el
Príncipe de Broglie, otro poeta. El largo debate entre la Teoría Ondulatoria y
la Teoría Corpuscular llegó a la siguiente conclusión: la luz es la vez onda y
corpúsculo.
En la termodinámica, la dualidad contenida entre la entropía
y la neguentropía se convierte en el filosóficamente comprensible principio de
indeterminación de Heisenberg.
Después de Heisenberg y de su principio de indeterminación,
sabemos que existen átomos encantados, toda vez que el encanto es una propiedad
de ciertos átomos.
No es posible encontrar una noción más estética que la
reciente Teoría de las Catástrofes de René Thom, que se aplica tanto a la
geometría del ombligo parabólico como a la deriva de los continentes. La teoría
de René Thom ha encantado todos mis átomos desde el día en que empecé a
conocerla.
Notas:
Leibniz: filósofo y matemático alemán (1646-1716) que
escribió Disertación acerca del arte
combinatorio, inspirado en el Ars
Magna de Ramon Llull.
Ramon Llull: filósofo místico mallorquín (1232-1315) que
intentó combinar teología y filosofía con la ayuda de una máquina de su
invención.
Heráclito: filósofo de la antigua Grecia que creía que el
fundamento de todo era el cambio constante, procedente de la contradicción y
simbolizado en el fuego.
Luis de Broglie: físico francés (1892-1987) premio Nobel en
1929 por su descubrimiento de la naturaleza ondulatoria del electrón: las
partículas pueden ser onda y corpúsculo a la vez.
Entropía y neguentropía: la entropía determina la
organización de un sistema; la neguentropía o entropía negativa fue propuesta
por Schrodinger en 1943 como la tendencia de un sistema natural a modificarse
según su estructura. Se suelen identificar como desorden y orden.
Principio de indeterminación: enunciado por Heisengerg en
1925, afirma que no se puede medir a la vez la posición y el movimiento de una
partícula. Es uno de los fundamentos de la mecánica cuántica, que entra en
contradicción con la física clásica.
Teoría de las catástrofes: el matemático francés René Thom
formuló en 1969 que los sistemas estables son propensos a manifestar
discontinuidad. Un factor minúsculo puede provocar un cambio brusco e
irreversible. Se aplica en geología, en biología y en sociología. Dalí encontró
concomitancias entre su fijación por la estación de Perpignan y las teorías de
Thom.
La teoría de las catástrofes formula siete rupturas o
catástrofes elementales: pliegues, cúspides, colas de golondrina, mariposas,
ombligo hiperbólico, ombligo elíptico y ombligo parabólico. Toda una poesía
matemática que a Dalí le vino como anillo al dedo para engarzar con sus
obsesiones paranoico-críticas.
En primer lugar, la estación de Perpignan se convertía en el
punto exacto en del que se reunían el mito del rapto de Europa (el toro sería
la península Ibérica) y la deriva de los continentes. Así lo explicaba Dalí en
la revista Época (29-4-1985):
Desde hace muchos años
(y la cosa sigue sucediéndome), siempre que contemplo el mapa de Europa mi dedo
índice se lanza instintivamente y se fija en un punto concreto entre las
ciudades de Salles y Narbona. Partiendo de esta experiencia reveladora, siempre
he afirmado que las fuerzas tectónicas que sostuvieron a Europa, cuando se
produjo la disgregación de los continentes, actuaron en esa concreta zona.
Muchos lo tomaron a broma hasta que Thom, uno de los grandes matemáticos
contemporáneos, ha venido a darme la razón situando el lugar exacto en
Perpignan.
Además, durante los años ochenta y hasta el final de su
vida, sus cuadros se centraron en estas cuestiones. Así, El Escorial y caligrafía catastrofeiforme (1982), Contorsión topológica de figura femenina
convirtiéndose en violonchelo (1983), El
rapto topológico de Europa. Homenaje a René Thom (1983), y la Serie de las catástrofes, que incluye su
último lienzo, La cola de golondrina
(1983). También escribió veintinueve páginas de un Tratado de escritura catastrofeiforme (1982), pendiente de editar.
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