Loco como todos
Un hombre -Saturnino Farandola- reúne en sí
mismo los diez trastornos de personalidad contemplados por la ciencia médica y
cuando descubre que también padece los otros cuatro trastornos que están
pendientes de añadir a esa lista, se transforma en un neurótico compulsivo,
hasta que acaba en un circo, donde es aceptado por su diferencia y al conseguir
la paz se cura y los traiciona a todos, reintegrándose a la vida convencional.
Hay cuatro tipos de enfermedades mentales, de
menor a mayor grado:
- Los trastornos de personalidad, que influyen
en los demás. El individuo los tiene asumidos.
- Las neurosis, que influyen en uno mismo. Son
enfermedades mentales asociadas a la angustia.
- La psicosis o pérdida de contacto con la
realidad (psicótico: no responsable de delitos; psicópata -ver 4-: responsable).
- La demencia, entontecimiento o pérdida progresiva
de la facultad de procesar información. La oligofrenia es el retraso mental
permanente. Su fase aguda es la imbecilidad o idiotez, ausencia de facultades
psíquicas.
Partiendo de la lista de trastornos de
personalidad, se puede hacer un esquema que abarca todas las tipologías.
Los tres trastornos excéntricos, de
individuos fuera de la norma:
1. Trastorno paranoide
El enfermo piensa que los demás se van a
aprovechar de él. El trastorno psicótico derivado es la paranoia, actualmente
denominada trastorno delirante: creencia en sucesos asociados con el propio
individuo que no son ciertos (persecución, cuernos, hipocondría).
Saturnino atiende al teléfono. Le aseguran
que le ha correspondido la propiedad de un chalet en la sierra. Saturnino
recela. Piensa que está siendo víctima de un fraude. Desde ese día, Saturnino
cree que cada vez que le llaman por teléfono desde una empresa, es para
aprovecharse de él. Ahora ve todos los anuncios comerciales como dirigidos a
engañarle. Pobre Saturnino. Comienza su vía crucis.
2. Trastorno esquizoide
El enfermo no desea relacionarse socialmente
y muestra frialdad emocional. El trastorno psicótico relacionado es la
esquizofrenia, un cuadro en el que el individuo percibe la realidad de modo irracional,
lo que degenera en desmotivación y disfunción social, asociados a egocentrismo
y aislamiento. La más común es la esquizofrenia paranoide, que tiene
predominancia de delirios.
Saturnino está tranquilamente sentado en el
sofá, viendo la televisión. Saturnino observa que la mayor parte de lo que
emiten los más de veinte canales disponibles es éticamente deplorable: personas
que se insultan, que defienden el egoísmo, la ostentación y la venganza como
valores positivos. Al día siguiente, en el trabajo, Saturnino recibe una
tormenta de carcajadas al comentar todo esto. Cuando ya en casa vuelve a
encender la tele, cree seguir viendo en todos los canales a personas malvadas.
3. Trastorno esquizotípico
Déficit social, distorsiones cognitivas y
comportamiento excéntrico. Está asociado a creencias en telepatía,
extraterrestres, etc. También puede degenerar en esquizofrenia.
Saturnino es -o cree ser- abducido por una
nave extraterrestre. Pronto es devuelto a la Tierra, porque los marcianos
sufren de terribles dolores de cabeza escuchando las peroratas de Saturnino
sobre los timos telefónicos y la pérdida de valores en la televisión. Desde ese
día, Saturnino sale a la calle con un sombrero en forma de OVNI, para
reivindicar su verdad.
Los cuatro trastornos emocionales, de
individuos con sensibilidad alta:
4. Trastorno antisocial
También llamado sociopatía, el enfermo pierde
la noción de la importancia de las leyes sociales. Hay exceso de hedonismo y posibilidad
de conductas criminales. Deriva en psicopatía, un famoso carácter
cinematográfico: el psicópata (asesino), persona sin remordimientos que actúa
sin tener en cuenta al resto. No es atenuante en los juicios: se le considera
más malo que loco.
Saturnino pasea por el parque con su sombrero
en forma de platillo volante. Uno de sus compañeros de trabajo se le acerca por
la espalda, pero Saturnino lo detecta y le clava -o cree clavarle- el paraguas
en el estómago. Saturnino siente placer mientras se aleja, dejando -o creyendo
dejar- a su amigo agonizando en el suelo.
5. Trastorno límite
También llamado borderline y TLP, es el más
extendido de todos. Consiste en una pérdida de equilibrio emocional
generalizada, apareciendo el caos como norma de conducta. Desemboca en
trastorno bipolar (antigua psicosis maníaco-depresiva): se pasa de la alegría
(manía entendida como sobreexcitación, euforia) a la tristeza (depresión). La
ciclotimia es la forma leve del trastorno bipolar. La hipersexualidad (pecado
capital de lujuria) se suele presentar en las fases eufóricas y tiene a la
represión como causa principal.
Saturnino vuelve a casa feliz, y se dispone a
comerse un bocadillo de anchoas. Pero la simple visión de los peces muertos y
embalsamados en vinagre le sume en un éxtasis melancólico que le arrebata todas
sus fuerzas positivas. Poco después, con el estómago lleno, piensa que es el
hombre más dichoso del mundo y así se lo hace saber a sus vecinos a través de
la ventana de la cocina, a grandes gritos.
6. Trastorno histriónico
El paciente sufre de excesiva emotividad y
busca constantemente la atención ajena. Exagerados, vanidosos y extremistas.
Suele atribuirse a la población femenina occidental. Deriva en trastorno de
conversión (antigua histeria), una neurosis que procede de la represión y produce desórdenes físicos (somatización)
y de conciencia.
Saturnino acude a la consulta del médico de
familia y desatiende los carteles que piden silencio. Explica a todos los
pacientes en espera que su dolor de estómago es el más urgente de todos los dolores
y que va a entrar el primero a visitarse. Una vez que lo consigue, se queja al
médico de que no encuentra nivel intelectual suficiente en su barrio. No nombra
las anchoas, pero sí el teléfono y la televisión como grandes males de nuestro
tiempo.
7. Trastorno narcisista
La persona así diagnosticada se cree
exageradamente importante. En grado severo deriva en narcisismo patológico,
acompañado de baja autoestima y timidez. Es uno de los pecados capitales: la
soberbia. Su habitual desembocadura en competitividad genera el sentimiento de
envidia, patología también pecado capital.
Saturnino visita el ayuntamiento de su
localidad para entrevistarse con el alcalde y darle unas cuantas lecciones de
urbanismo, teoría jurídica y buen gobierno. Unos agentes franquean la puerta y
Saturnino se vuelve a su casa sin decirles nada.
Los tres trastornos de temor, de individuos
con inseguridad acusada; incluyen los síntomas negativos del enamoramiento
(obsesión, dependencia, ansiedad):
8. Trastorno de evitación
El complejo de inferioridad hace que el
sujeto se considere incapaz de relacionarse en sociedad, por temor al rechazo.
También se le llama trastorno de ansiedad. Deriva en fobia social.
Saturnino pide una excedencia en su trabajo
para poder encerrarse en casa. Sólo sale para cortarse el pelo y para comprar
anchoas. Su odio a la humanidad le lleva a escribir una novela autobiográfica
en la que un asteroide inteligente aniquila la vida del planeta, sobreviviendo
sólo un individuo y un banco de anchoas.
9. Trastorno de dependencia
La persona que lo padece necesita que se
ocupen de ella, la controlen y teme la separación. Lo pasa muy mal con la
soledad.
Saturnino se da cuenta de que lleva seis
meses sin contactar con nadie más que la vendedora de la tienda de ultramarinos
y el peluquero, y eso con muy poca frecuencia. Siente que la soledad le
asfixia, que necesita resucitar a su madre posesiva y a su tío, el que le
regalaba caramelos de limón.
10. Trastorno obsesivo-compulsivo
Excesivo orden, perfeccionismo y rigidez
moral. Su versión aumentada es la neurosis del mismo nombre, que se caracteriza
por pensamientos negativos intrusivos (obsesiones) y comportamientos
compulsivos (actos repetidos) que se usan para reducir la ansiedad causada por
las obsesiones. El llamado privilegio de la duda es el pan común del neurótico
obsesivo, que lucha constantemente contra sí mismo y vive en permanente
angustia y sufrimiento. Las blasfemias se consideran propias de la neurosis
obsesiva.
Saturnino no deja de pensar en la agonía de
los peces al sacarlos del agua y se identifica con ellos. Para intentar alejar
estas visiones, Saturnino coloca todas las noches una línea recta de ocho peceras
en el pasillo, que retira al amanecer musitando letanías sacrílegas. Saturnino
abre y cierra la llave del agua dieciséis veces cada tres horas para que no se
oxiden las tuberías y poder seguir rellenando sus peceras.
Otros trastornos
11. Trastorno depresivo
El individuo está triste y permanece pasivo.
También llamado distimia y melancolía. Emparentado con la neurastenia
(cansancio infundado). Su pecado capital es la pereza o acidia, “tristeza de
ánimo”.
Cuando Saturnino lee en una revista de
divulgación científica la lista de los diez trastornos, concluye que ha sido
presa de una jugada maestra del azar y finalmente abandona su ciclotimia para
quedar permanentemente entristecido. En un último esfuerzo, compra un orinal
para desplazarse lo menos posible por su propia casa.
12. Trastorno pasivo-agresivo
Se desarrolla en respuesta a obligaciones
impuestas por otros. Consiste en evitarlas mediante obstrucciones y demoras. Al
no negarse o discutir, permanecen malhumorados. Se puede identificar con la
resistencia pasiva o no-violencia de Gandhi.
Saturnino recibe una llamada del tío que le
regalaba caramelos de limón, al que creía muerto. Éste le conmina a que acuda a
la consulta de un psiquiatra para que le ayude y Saturnino le da las gracias
justo antes de cortar el cable del teléfono con las tijeras de cortarse las
uñas.
13. Trastorno explosivo intermitente
Episodios de enfado feroz. Es uno de los pecados
capitales: la ira.
Saturnino descubre que no le quedan anchoas y
que tiene el pelo demasiado largo, además de que es domingo, su día más odiado.
Comienza a respirar fuerte hasta que acaba rompiendo la televisión utilizando
el orinal como proyectil, mientras emula a Tarzán con sus característicos
alaridos. Esta escena, con pocas variantes, se repite en sucesivos días,
resultando de ello una casa bastante desordenada y una ligera afección de
garganta.
14. Trastorno de gula
Comer de forma compulsiva. Pecado capital.
Por extensión, necesidad de acaparar objetos o sustancias mediante
comportamientos extremos para compensar carencias. De ahí que podamos hablar
también de codicia o avaricia, otro pecado capital.
Saturnino ya sólo dedica sus días a la
ingesta sin límite de anchoas del Cantábrico. Cada vez se parece más a una foca;
eso sí, siempre tocado con su sombrero OVNI. En un arranque transitorio de
lucidez, se presenta en un circo como foca humana y cuando adquiere la fama los
deja a todos en el arroyo, recuperando la alegría y las ganas de vivir. Por fin
comprende que la traición y la vileza son las mejores armas para permanecer
equilibrado. Consigue publicar su novela y aparecer en los programas de
televisión más infames. Todo el mundo le admira y le quiere y ya no necesita a
nadie. Una tarde, emocionado, deposita unas flores en la tumba -o lo que cree
la tumba- de su compañero de trabajo.
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