¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre las bicicletas?
Se
encuentran una hostia consagrada y una hostia sin consagrar y dice la
consagrada:
-
Hola, desustanciada.
Entonces
la hostia sin consagrar responde:
-
Hija, desde que te dio la transubstanciación estás de un orgulloso
subido.
Y la
hostia consagrada le dice:
-
Es que a ver quién se resiste a este cuerpo de Cristo.
Pasa
por allí un sacerdote y consagra a la desustanciada, ante lo cual la antigua
hostia consagrada se muestra molesta. La nueva hostia consagrada le dice:
-
No te enfades, mujer, ahora somos las dos divinas y estamos más buenas
que el pan ácimo.
Un
perro que las ve se las come y experimenta en su seno la paz del Señor. Una voz
interior le susurra:
-
Ahora eres un perro proselitista. Ve por los caminos a hacer el bien.
Pero el
perro no entiende la voz del Espíritu Santo y se revuelve confundido, hasta que
un policía de paisano lo mata de un tiro para evitar que contagie la rabia. Entonces
se produce un milagro, y el perro muerto asciende a los cielos en cuerpo y almanaque.
¡Ja, ja! Muy bueno: Alegoría de la Eucaristía...
ResponderEliminarAdemás, con una ilustración muy maja que no tiene nada que ver: nuestra bisabuela patria reconstruyéndose a sí misma...
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